Un buceador australiano contó el miércoles cómo se libró de las mandíbulas de un gran tiburón blanco que primero se había tragado la mitad de su cabeza, y dijo que pudo sentir los dientes del escualo hundiéndose en su chaleco.
"Nunca he sentido un miedo como ese hasta que estuve dentro de esas mandíbulas, con esos dientes arrastrándose por todo mi cuerpo", dijo el buceador Eric Nerhus al canal Nueve de televisión desde su cama de hospital un día después del ataque en la costa sudeste de Australia. Nerhus, de 41 años, fue parcialmente engullido por el tiburón de 3 metros cuando éste le atacó a unos ocho metros por debajo de la superficie, pero dijo que consiguió liberarse golpeando al tiburón en el ojo con la mano izquierda que tenía libre. "Fui directamente a su boca, hacia delante. Mis hombros, mi cabeza y un brazo fueron directamente a su garganta. Podía sentir los dientes crujiendo arriba y abajo en mi chaleco", dijo. Nerhus afirmó que estaba recogiendo orejas de mar, un tipo de marisco, cuando el tiburón le asestó un golpe en el regulador que suministra el oxígeno y se lo sacó de la boca. Después se quedó dentro de las mandíbulas abiertas del tiburón y de su garganta. "Puse mi brazo izquierdo a un lado de su cara porque tenía la cabeza, los hombros y el brazo derecho dentro de su garganta. La mitad de mi cuerpo estaba en su boca", afirmó Nerhus. "Le golpeé en la órbita del ojo con mis dedos rígidos. Le clavé los dedos en el ojo, con lo que el tiburón reaccionó de tal forma que abrió un poco la boca y yo simplemente traté de escaparme". Cuando sacó su cabeza de la boca del tiburón, éste se aplastó contra su cara y dejó a Nerhus con la nariz rota. Estima que estuvo en las mandíbulas del tiburón durante unos dos minutos. Una vez libre, cogió el regulador y comenzó a subir lentamente hacia la superficie, preocupado porque el tiburón le atacara de nuevo. "Estaba dando vueltas alrededor de mis aletas, alrededor y alrededor en pequeños círculos", dijo. "Mientras subía para salir del agua él venía bajo mis piernas". El hijo de Nerhus y otros buceadores le sacaron del agua en su bote de pesca antes de ser trasladado al hospital, donde le están tratando de heridas en el cuerpo y la nariz rota. El buceador dijo que era afortunado por haber sobrevivido, pero que estaba determinado a no morir en las mandíbulas de un tiburón. "No podía pensar en una peor manera de irme que terminar como comida de pescado. Eso es por lo que luché. Estaba determinado a no querer irme así. Me gusta demasiado la vida".
"Nunca he sentido un miedo como ese hasta que estuve dentro de esas mandíbulas, con esos dientes arrastrándose por todo mi cuerpo", dijo el buceador Eric Nerhus al canal Nueve de televisión desde su cama de hospital un día después del ataque en la costa sudeste de Australia. Nerhus, de 41 años, fue parcialmente engullido por el tiburón de 3 metros cuando éste le atacó a unos ocho metros por debajo de la superficie, pero dijo que consiguió liberarse golpeando al tiburón en el ojo con la mano izquierda que tenía libre. "Fui directamente a su boca, hacia delante. Mis hombros, mi cabeza y un brazo fueron directamente a su garganta. Podía sentir los dientes crujiendo arriba y abajo en mi chaleco", dijo. Nerhus afirmó que estaba recogiendo orejas de mar, un tipo de marisco, cuando el tiburón le asestó un golpe en el regulador que suministra el oxígeno y se lo sacó de la boca. Después se quedó dentro de las mandíbulas abiertas del tiburón y de su garganta. "Puse mi brazo izquierdo a un lado de su cara porque tenía la cabeza, los hombros y el brazo derecho dentro de su garganta. La mitad de mi cuerpo estaba en su boca", afirmó Nerhus. "Le golpeé en la órbita del ojo con mis dedos rígidos. Le clavé los dedos en el ojo, con lo que el tiburón reaccionó de tal forma que abrió un poco la boca y yo simplemente traté de escaparme". Cuando sacó su cabeza de la boca del tiburón, éste se aplastó contra su cara y dejó a Nerhus con la nariz rota. Estima que estuvo en las mandíbulas del tiburón durante unos dos minutos. Una vez libre, cogió el regulador y comenzó a subir lentamente hacia la superficie, preocupado porque el tiburón le atacara de nuevo. "Estaba dando vueltas alrededor de mis aletas, alrededor y alrededor en pequeños círculos", dijo. "Mientras subía para salir del agua él venía bajo mis piernas". El hijo de Nerhus y otros buceadores le sacaron del agua en su bote de pesca antes de ser trasladado al hospital, donde le están tratando de heridas en el cuerpo y la nariz rota. El buceador dijo que era afortunado por haber sobrevivido, pero que estaba determinado a no morir en las mandíbulas de un tiburón. "No podía pensar en una peor manera de irme que terminar como comida de pescado. Eso es por lo que luché. Estaba determinado a no querer irme así. Me gusta demasiado la vida".
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