martes, mayo 31, 2005

CONOCEMOS EL 5 % DE LOS OCEANOS

ENTREVISTA: SYLVIA EARLE Exploradora submarina

Por ANA ALFAGEME - Madrid

La exploradora Sylvia Earle, fotografiada durante su visita en Madrid. (SANTI BURGOS)
Seis mil horas de buceo son muchas horas en la vida de alguien. A Sylvia Earle no le bastan. Se enamoró del mar a los tres años cuando una ola la tiró en una playa de Nueva Jersey y ahora, con 69, dice que sólo le falla la salud cuando transcurre mucho tiempo sin sumergirse. Ella es enjuta, y su currículo apretado: ha dirigido 60 expediciones, vivido nueve veces bajo el mar, regentado la agencia atmosférica y marina de Estados Unidos (DOER, siglas en inglés) y escrito más de 100 artículos y libros.
"Sólo se conoce el 5% de los océanos. Únicamente una vez, en 1960, ha bajado el hombre al fondo del mar, a 11 kilómetros de profundidad. Y sin embargo todos suben kilómetros en el aire a diario cuando toman un avión. Yo misma, para venir aquí", dice con tono didáctico la Señora de las Profundidades. Así se la conoce en el mundo de los aventureros porque posee el récord de profundidad (1.000 metros) de buceo en solitario.
De sus muchas caras (oceanógrafa, investigadora, exploradora, escritora, pionera) hoy muestra la de conservacionista: ha venido como representante de la Coalición para la Conservación de los Fondos Marinos (DSCC), integrada por 40 ONG internacionales. Quiere convencer a los políticos españoles para que apoyen en junio ante la Asamblea de las Naciones Unidas una moratoria sobre la pesca de arrastre de fondo en alta mar. "Es extremadamente dañina. Como si en un bosque se utilizase un bulldozer para cazar unas cuántas ardillas", dice. "He visto el antes y el después con mis propios ojos, a 800 metros de profundidad en un pequeño sumergible".
España se cuenta entre los 11 países que usan esta manera de pescar, que para obtener unas pocas especies "destruye corales de 10 metros de altura y 1.000 años de antigüedad y peces abisales". Meros ejemplos de la ingente biodiversidad (hasta 10 millones de especies, estima la coalición) que esconden las cordilleras submarinas. Ocurre que más de la mitad de los océanos, en aguas internacionales, son "como el lejano oeste", alerta Sylvia.
Aquel flechazo infantil hizo que a los 17 años se apropiara de una escafandra de cobre, como las de los buscadores de esponjas, para explorar un río de Florida. Por entonces, dice, se creía que el mar lo tragaba todo, que tenía posibilidades infinitas de recuperación. "Pero en los últimos 50 años hemos aprendido más sobre los océanos que en toda la historia. Y ahora sabemos que tenemos el poder de dañarlos y que eso nos afecta a todos, porque gobiernan la forma de trabajar del planeta, la temperatura, el oxígeno..."
Se las arregló para entrar en una universidad que no podía pagar y enrolarse después en expediciones científicas cuando sus hijos eran bebés. Tras asombrar a sus colegas con una tesis doctoral sobre las plantas marinas del Golfo de México, bajó en sumergible a más de 30 metros de profundidad... en el cuarto mes de gestación. Corría el año 1968. En 1970 consiguió dirigir el primer equipo de mujeres que vivió bajo el mar. "Era una época en la que a los buzos se les llamaba acuanautas, y a nosotras acuanenas o acuamuñecas", cuenta con ironía, "y es famoso lo que dijo el director del programa: 'Bueno, si la mitad de los peces son hembras, podemos incluir unas cuantas mujeres, ¿no?". Las cinco nenas del proyecto Tektite pasaron dos semanas a 18 metros de profundidad en las islas Vírgenes y buceaban hasta 12 horas al día. Se convirtieron en residentes, en una especie más entre esas otras, hoy amenazadas: "En sólo 50 años, hemos perdido el 90% de los grandes peces. Porque nuestra capacidad para encontrarlos y pescarlos ha sido mayor que en toda la historia. La amenaza se cierne sobre atunes, bacalaos, pargos, tiburones. La industria pesquera puede colapsarse".
En unas horas se sumergirá en Sudáfrica como exploradora de National Geographic, y en un par de meses viajará a Galápagos con sus tres hijos y sus cuatro nietos. Todos (incluso el pequeño, de seis años) bucearán. "Mi madre lo hizo a los 81 años y cuando volvió me reprendió. Me dijo que por qué no le había llevado antes. Cada buzo se enamora al ver todo lo que hay allá abajo. Se convierte en un embajador de los océanos".
Fuente: Diario EL PAÍS - Sociedad - 22-05-2005

miércoles, mayo 11, 2005

Israel cultiva algas rojas en el desierto para combatir enfermedades

El desierto en Israel se ha convertido en un fértil terreno para innovadoras -y rentables -industrias de acuacultura, que también son beneficiosas para la salud de los consumidores conscientes de América del Norte, Europa y Asia.Una de tales empresas está ubicada en el Kibutz Ketura, en el corazón del desierto de Aravá -unos 56 kilómetros al norte de la ciudad turística de Eilat.Hay un resplandor rojizo a la entrada del kibutz, y no es precisamente de las montañas de tonalidad rosada. Una fila de brillantes 'tubos' rojos se extiende por la tierra como surcos en el campo. La 'cosecha' que se cultiva aquí son algas. Los transparentes tubos, llenos de agua, contienen millones de copos rojos de micro algas, llamadas Haematococcus pluvialis. Producidas por Algatechnologies Ltd. (Algatech), estas algas son la fuente natural número uno de astaxantina, un caroteno que es una parte importante de la dieta del salmón, las langostas y muchos crustáceos, lo que les da su característico tono rosa brillante.Pero la astaxantina es más que alimento para pescados, también es un poderoso anti oxidante cada vez más conocido por sus propiedades para combatir enfermedades. Es usado como complemento dietético y también en cosmética a causa de su habilidad para proteger contra la radiación UV.Gracias a planta de Algatech en el Kibutz Ketura, ahora Israel es líder mundial en el abastecimiento de astaxantina natural para el consume humano.La planta, establecida en 1998, está basada en la investigación científica del Profesor Sammy Boussiba, de la Universidad Ben Gurión del Neguev, y ha estado produciendo astaxantina en cantidades comerciales desde 2003.Los copos de Haematococcus pluvialis contienen la más grande concentración de astaxantina que se puede encontrar en la naturaleza (unas 40.000 por millón, comparado con el salmón que contiene entre 5 y 15 partes por millón).La astaxantina es un buscador radical libre que interfiere con la producción y desarrollo de las células cancerosas, y juega un papel importante en el desarrollo del sistema inmunológico.¿Por qué no hemos oído más acerca de este importante protector de la salud humana?"Ahora la astaxantina está llamando la atención de la industria de la salud. Queda mucho tiempo antes que la ciencia basada en el producto sea del conocimiento público" dijo el Dr. Amir Drory, director de investigación y Desarrollo de Algatech."Hasta ahora la astaxantina no es bien conocida por el público, pero con el tiempo pienso que será la próxima Omega 3" agrega el Gerente de Comercialización Internacional Efrat Kat, refiriéndose al ácido grasoso poli saturado hallado en cierto pescado que ha estado implicado en la reducción del riesgo de cáncer. Kat y sus colegas de Algatech ya han tomado una dosis diaria de 4 miligramos de astaxantina -la dosis recomendada por la Administración de Drogas y Alimentos de EEUU.Un resumen de la investigación sobre el uso de la astaxantina publicado en el periódico Tendencias de la Biotecnología (mayo 2003) cita más de 60 estudios de investigación y patentes, demostrando entre otras cosas que la astaxantina limita la expansión de las células cancerosas, actúa como agente anti inflamatorio, inhibe el crecimiento del colesterol malo y evita las arrugas.En Algatech cultivos puros de algas son llevados a cabo en sistemas acuáticos completamente cerrados y controlados. Luego son transferidos a un sistema de tubos modulares y expuestos a la luz natural del sol para la crucial etapa final del proceso de coloración rojiza.
Resumen de artículo aparecido en Israel21c.com