viernes, octubre 26, 2007

El hombre iba a la playa hace 164.000 años



Esto significa que íbamos 39,000 años antes de lo que se creía. La prueba fue descubierta en la costa sudafricana y los científicos atribuyen este hecho como un cambio de hábitos relacionado con el clima.


20 Oct 2007, 12:12 Fuente: LA FLECHA, AGENCIAS
Un equipo internacional de científicos ha hallado restos de asentamientos humanos costeros de hace unos 164.000 años, lo que indica que el hombre ya iba a la playa 39.000 años antes de lo que se creía hasta ahora.
Esta revelación es fruto de una investigación que expertos de entidades como el Ministerio de Cultura griego ha llevado a cabo en la costa sudafricana y que publica en su último número la revista científica británica "Nature".
"En nuestro estudio mostramos que hace unos 164.000 años en Pinnacle Point (costa sur de Sudáfrica) los humanos ampliaron sus costumbres alimenticias para incluir recursos marinos", afirman los investigadores en su artículo de la revista.
"La evidencia más antigua que hasta ahora se tenía del uso humano de recursos marinos y de hábitats costeros se remite a hace unos 125.000 años", añaden.
Los expertos atribuyen este cambio de hábitos alimenticios y de lugar de residencia a un recrudecimiento de las condiciones climáticas del continente africano que hizo que las temperaturas descendieran y el ambiente se hiciera más seco, lo que les obligó, a su vez, a mudarse a climas más suaves.
En esa primitiva casa de la playa que es la cueva que los investigadores han encontrado en Sudáfrica, sus habitantes, según los expertos, comieron marisco para sobrevivir.
"Este cambio en la dieta y el hábitat coincidió además con los primeros usos de pigmentos, probablemente para dibujar símbolos o para el diseño de herramientas de corte que hasta ahora se remontaban a hace unos 70.000 años", comentan los investigadores.

martes, octubre 23, 2007

¿Cómo desarrollaron las ballenas el biosónar?


Dos biólogos especializados en evolución, de la Universidad de California en Berkeley, explican que las ballenas consiguieron sus sonares de la misma manera en que los murciélagos desarrollaron los suyos para perseguir a los insectos que volaban en la oscuridad. Las ballenas dentadas desarrollaron inicialmente sus sonares para perseguir a calamares nadando en la superficie durante la noche.

21 Oct 2007, 14:02 Fuente: SOLOCIENCIA.COM Debido a que los calamares migran a aguas más profundas y oscuras durante el día, las ballenas dentadas finalmente perfeccionaron un sistema muy potente de ecolocalización que les permite seguir al calamar en su descenso hacia ese hábitat, "el frigorífico de las profundidades, donde el alimento está disponible, en cualquier momento del día o de la noche durante toda la semana", como lo describe el biólogo evolutivo David Lindberg, quien ha llevado a cabo el estudio junto con Nick Pyenson.Todas las ballenas dentadas emplean la ecolocalización. Muchas especies bucean más allá de los 200 metros de profundidad, donde la luz solar se extingue dejando paso a la oscuridad. La mayor de las ballenas dentadas, el cachalote, crece hasta 18 metros de largo y bucea hasta 3.000 metros de profundidad en su búsqueda de calamares.Las primeras ballenas entraron en el mar procedentes de la tierra unos 45 millones de años atrás, y, aparentemente, no poseían ecolocalización.Los primeros indicios de esta capacidad aparecieron hace unos 32 millones de años, una época, en la que, presumiblemente, las ballenas ya se habían esparcido por todos los océanos.Pero, ¿cómo supieron las ballenas que existía una gran fuente de alimento en las oscuras profundidades? ¿Cuáles fueron los pasos intermedios evolutivos que las llevaron a buscar comida ahí abajo?En la época en la que las ballenas desarrollaron los biosonares, los nautiloides eran muy abundantes en los océanos. Lindberg y Pyenson sugieren que las ballenas primero se las arreglaron para seguir a estos animales de concha dura en la superficie durante la noche, haciendo rebotar sobre éstos los sonidos que ellas emitían. Esto les daba una ventaja sobre las ballenas que sólo se valían de la luz de la luna o de las estrellas. Esto habría predispuesto a las ballenas a seguir a los cefalópodos en su migración diurna hacia las profundidades oscuras.Al pasar los milenios, las especies de cefalópodos en general, y específicamente las especies de cefalópodos con conchas, disminuyeron al aumentar las especies de ballenas. Esto fue causado posiblemente por la depredación llevada a cabo por las ballenas. Luego, hace unos 10 millones de años, las ballenas con su depredación al parecer ahuyentaron a los nautiloides de mar abierto hacia los arrecifes protegidos. El descenso en la diversidad de nautiloides obligaría a las ballenas a perfeccionar su sonar para cazar calamares, de cuerpo blando, durante su migración hacia las profundidades.Las ballenas no necesitaban un sistema de sonar muy sofisticado para seguir a los nautiloides, gracias a la fácil detección de las conchas duras de esas criaturas. Fue sólo después cuando desarrollaron un sistema complejo con una mejor resolución, para capturar a los calamares, de cuerpo blando.Las ballenas y los murciélagos son ejemplos notables de una evolución convergente para sacar provecho de fuentes no explotadas de alimento.

viernes, octubre 19, 2007

LLegamos a las 100.000 visitas


¡¡Muchas gracias a todos los visitantes del blog!!
Hoy día 19 de octubre de 2007 superamos las 100.000 visitas y si bien estamos cansados por tanto trabajo esperamos seguir adelante con ganas renovadas.

miércoles, octubre 17, 2007

Estudio de la vida marina

La inclusión de los corales en la Lista Roja de Especies Amenazadas 2007 de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) es el primer resultado de un ambicioso proyecto de observación de la vida marina con fines de conservación.
La inscripción de los corales en la Lista Roja se basó en estudios iniciados hace poco más de un año por el proyecto Evaluación Global de Especies Marinas (GMSA, por sus siglas en inglés), un esfuerzo conjunto de UICN y Conservación Internacional. Diez especies de corales de las ecuatorianas islas Galápagos --dos de ellas en peligro crítico de extinción y una en estado vulnerable-- han sido incluidas en la Lista Roja, la guía más detallada sobre el estado de conservación o declinación mundial de animales y vegetales. Ésta es la primera de una serie de evaluaciones y adiciones a esa Lista sobre especies marinas de todo el mundo, dijo a esta reportera Kent Carpenter, coordinador del proyecto GMSA, con sede en el Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Old Dominion, en el oriental estado estadounidense de Virginia. La GMSA compila información sobre todas las especies conocidas de vertebrados y de una selección de invertebrados y vegetales, y la agrega a la base de datos del Sistema de Información sobre Especies de la UICN. Los responsables del proyecto esperan tener datos detallados sobre la situación de 20.000 especies marinas en todo el mundo para 2010 y así determinar el riesgo relativo de extinción de cada una de acuerdo con los criterios y categorías de la Lista Roja. Hasta el momento sólo figuran 1.530 especies marinas de las 41.415 incluidas en la Lista Roja este año en diferentes categorías, desde "extinta" hasta "no evaluada". Según los expertos de GMSA, la vida del mar no ha sido adecuadamente estudiada en el pasado. "El mundo marino ha sido relativamente poco estudiado y explorado en comparación con las especies terrestres", aseguró en una entrevista Stuart Banks, oceanógrafo de la Fundación Charles Darwin. "La poca evaluación de las especies marinas se debe a las limitaciones de acceso a la información, así como a factores logísticos. Grupos tan importantes como algas y corales, que forman ambientes productivos, que sustentan a comunidades enteras, han sido muy difíciles de identificar", subrayó. Para Stefan Hain, director de la Unidad de Arrecifes de Coral del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), esto tiene una explicación simple. "Es muy difícil proteger lo que no vemos. Es mucho más fácil monitorear las poblaciones terrestres porque podemos observarlas directamente", dijo entrevistado para este artículo. La Fundación Charles Darwin proveyó de información a GMSA y UICN para la conservación de especies de las Galápagos y ha sido fundamental en la valoración de las especies agregadas a la Lista Roja. Los datos del primer reporte sobre corales de las Galápagos fueron obtenidos por Carpenter y otros investigadores tras una serie de talleres y observaciones realizadas desde el año pasado en la Estación Científica Charles Darwin, con sede en ese archipiélago del océano Pacífico. En la Lista se señalan el coral floreana (Tubastraea floreana) y el solitario de Wellington (Rhizopsammia wellingtoni) como en peligro crítico o en riesgo de extinción extremadamente alto, y a la Polycyathus isabela como vulnerable. Los corales están formados por placas de carbonato de calcio producidas durante miles de años por unas criaturas pequeñas, los pólipos, a los que se suman algas coralinas y una enorme y variada fauna y flora. Los arrecifes de coral son verdaderas comunidades que albergan a una de cada cuatro especies marinas. El reporte indica que los corales de Ecuador han sido particularmente sensibles a las anomalías térmicas, principalmente al fenómeno climático periódico de El Niño, una corriente de agua cálida en el océano Pacífico, entre los años 1982 y 1983. Según Carpenter, el calentamiento global es determinante en la extinción de estas especies y en el declive en su distribución. La casi desaparición de la Tubastraea floreana ilustra esta amenaza. Según el reporte, se destruyó 80 por ciento de ella desde principios de los años 80, cuando su población se dispersaba hasta en seis lugares diferentes del archipiélago. Asimismo, en los arrecifes del Pacífico oriental tropical se amplió el blanqueamiento de corales, la pérdida de color de esos ecosistemas por el aumento de la temperatura del océano o por su baja salinidad, explicó Carpenter. Esta condición se produce cuando los pólipos son abandonados por las algas que los alimentan. La salud de los ecosistemas costeros también se ve afectada por la contaminación y la pesca, que influyen tanto en los corales como en las poblaciones de algas, pues ocasionan impactos en la cadena alimenticia de esas especies. La Lista Roja, presentada el 12 de septiembre, también evalúa 74 algas de Galápagos, 10 de ellas en peligro crítico y seis posiblemente extintas. De acuerdo con Banks, la pérdida de especies en el archipiélago debe detenerse controlando el manejo de los recursos pesqueros y asegurando su sostenibilidad a largo plazo. "La estrategia más viable es la implementación de medidas a fin de evitar que factores provocados, como el turismo y la pesca, empeoren la situación y comprometan la recuperación natural de esas especies", señaló. Para los expertos, sin embargo, el mayor reto es mitigar los efectos del cambio climático en estos ecosistemas especialmente vulnerables. "La cuestión es cómo podrían estos ecosistemas adaptarse a estos cambios", planteó Banks. En este aspecto, Galápagos está en una situación única como laboratorio sociobiológico, como una reserva multiuso donde se podrían "aprender nuevas medidas para contrarrestar la pérdida de especies". Para Hain, lo principal es asegurarse "de que los arrecifes coralinos estén saludables y fuertes para poder enfrentar el cambio climático". * Este artículo es parte de una serie sobre desarrollo sustentable producida en conjunto por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales). Publicado originalmente el 13 de octubre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (FIN/2007)

martes, octubre 09, 2007

LOS OCÉANOS SIGUEN AMENAZADOS



Gracias al documental ganador del Óscar ‘An Inconvenient Truth (Una verdad incómoda)’ de 2006, cada vez más personas han comenzado a concentrar su atención en las formas de mejorar el medioambiente. Una de las más importantes para el logro de tales mejoras es cuidar más los océanos, contaminados de diversas maneras sobre las que puede ejercerse un adecuado control. ¿CUÁLES SON LAS PRINCIPALES CAUSAS DE LA CONTAMINACIÓN OCEÁNICA?• Derrames de petróleo: Aunque el mundo no ha vuelto a experimentar en años recientes ningún otro derrame de la magnitud de la provocada por el tanquero Exxon Valdez en el año 1989, esto no quiere decir que este factor no sea una causa importante de contaminación oceánica. Los derrames o escapes, ya sean provenientes de la tierra o de los ríos, fluyen finalmente hacia el océano. Los derrames de petróleo duplican los daños, particularmente cuando los barcos que transportan el combustible se accidentan o tienen escapes, pues estas tragedias también afectan negativamente a la vida marina.• Desechos tóxicos: Al igual que la contaminación ocasionada por el petróleo, los desechos tóxicos dañan el océano debido a cualquier derrame. Los basureros, sitios de descarga e incluso algunas granjas (mediante el uso de herbicidas e insecticidas) derraman desechos en las fuentes de agua cercanas. Y esos derrames llegan eventualmente al océano. Los desechos tóxicos también provienen de la industria, cuando los contaminantes químicos llegan al océano, ocasionando daño a las aguas y a las criaturas que las habitan. Incluso los desechos médicos figuran en el espectro de los desechos tóxicos, y hasta pueden perjudicar a los bañistas, haciéndolos quizás susceptibles a contagiarse con enfermedades como la hepatitis o el SIDA.• Descarga ilegal de desechos en el océano: En el siglo XXI, este tipo de descargas está mucho más regulada que en otros tiempos. Aún así, sigue contribuyendo a la contaminación. Uno de los factores más importantes es cuando las tuberías de desagüe albañal comparten espacio con las de drenaje de la lluvia. Bajo estas circunstancias, incluso un aguacero normal puede provocar que las aguas albañales lleguen al océano, cuando se llenan las tuberías de desagüe, obligando a que las aguas de desecho se mezclen con las de la lluvia que fluyen al océano.Para obtener más información acerca de la contaminación oceánica, visite el sitio Web de la Agencia de Protección del Medioambiente: www.epa.gov

El que quiere playa que le cueste



Sin dudas, uno de los grandes atractivos naturales que presenta la Argentina son sus playas. Ello queda demostrado cada temporada de verano en que las zonas de playas presentan colmada su hotelería y alquilar un departamento en la Costa se vuelve una odisea de no tratarse de los precavidos que ya tienen desde el comienzo de la primavera un lugar reservado.Una de las conclusiones más llamativas del Congreso Binacional de Calidad en Playas, llevado a cabo la semana pasada en la localidad balnearia de Villa Gesell es que, según un estudio de científicos presentado en el ‘Congreso Binacional de Calidad en Playas’, el mar se come un metro de playa por año en la Costa Atlántica.Según un grupo de expertos argentinos que durante seis meses trabajó con la colaboración de investigadores de España, Alemania y México, la alternativa es rellenar las playas mediante el aporte de arena dragada de bancos submarinos ubicados cerca de la costa. El crítico diagnóstico, y la propuesta, la dio a conocer el experto Enrique Schnack, del laboratorio de Oceanografía de la Universidad Nacional de La Plata. “Los modelos numéricos de transporte de sedimentos indican que a lo largo del litoral estudiado existe una pérdida de aproximadamente 500 mil metros cúbicos por año”, afirmó Schnack. El estudio científico se completó en seis meses y el programa fue financiado por el Consejo Federal de Inversiones y coordinado por el oceanógrafo Armando Scalise, incluyendo expediciones marítimas y toma de muestras de sedimentos marinos.Soluciones propuestasEl estudio apunta a la recuperación y el manejo de playas del litoral atlántico oriental que comprende el Partido de la Costa, Villa Gesell y Pinamar. Para los casos de las dos últimas ciudades, la arena podría obtenerse de bancos submarinos cercanos a la costa, pero para las playas del Partido de la Costa la situación sería más complicada, ya que la arena debería ser extraída de Punta Médanos y luego ser transportada a las playas. En cada zona se haría un relleno de 150 mil metros cúbicos. Esto significa una recuperación de 50 metros de playa, en extensiones de 1,5 kilómetros y cerca de dos metros de altura.“Hay que tener en cuenta también la presión de los balnearios, las costaneras. El problema es crítico: En Mar Chiquita y en Las Toninas hay casas colgando de los médanos”, dijo Federico Isla, director de Geología de Costas y del Cuaternario, de la Universidad Nacional de Mar del Plata.Para tomar como referencia, se analizaron en diferentes conferencias el caso de la Península de Yucatán y la experiencia de la Comunidad Autónoma de Valencia a través del programa Qualitur. La región concentra en 518 kilómetros de litoral marítimo 241 playas de la más diversas características. “Teníamos información suelta, muchos municipios con distintas ideas y ganas de hacer, pero ahora se llegó a una nueva instancia en la que funcionarios y concesionarios encontramos consenso”, sostuvo a modo de conclusión Jorge Ziampris, director de Turismo de Villa Gesell. Según explicó el funcionario, la propuesta de rellenar las playas “es viable”. El dinero debería aportarlo la Provincia de Buenos Aires. El estudio indica un costo de 8 millones de dólares para los trabajos en los tres distritos. “Nosotros estamos convencidos que el aporte lo tiene que hacer la provincia de Buenos Aires porque el volumen de recaudación de estos 3 municipios es descomunal hacia la provincia, en todos los conceptos”, dijo Ziampris a Mensajero Periódico Turístico y agregó: “me parece que es muy accesible para la provincia un trabajo que va a generar un beneficio tan grande”. Temario del congreso Con la presencia de especialistas de la Argentina y el Uruguay, el congreso trató temas concretos como la reducción de las avenidas costaneras, nuevos balnearios de bajo impacto ambiental, la recuperación de playa por medios naturales, los servicios de playa, el tratamiento de desagües pluviales, la zonificación del frente costero y regulación de usos. También se abordó la temática de las directrices de Calidad en Gestión de Playas para Balnearios, la certificación de la norma IRAM/ISO 42.100, el ordenamiento de costas, la zonificación y regulación de usos. Asimismo, en el congreso que se realizó en Villa Gesell, se presentó el ‘Estudio para la Recuperación y Manejo de Playas del Litoral Atlántico Oriental Bonaerense’ y el ‘Programa de Playas Accesibles’.Caso testigo Desde hace varios años Villa Gesell ha encarado un proceso de transformación de sus playas que convirtió al destino en caso testigo en lo referente a manejo sustentable de las costas. Gracias a su ‘Plan Integrado de Manejo Costero’, ajustado a las ‘Directrices de Calidad para Playas y Balnearios’ publicadas por las Secretarías de Turismo y Medio Ambiente de la Nación, Gesell ha detenido el proceso erosivo. En diálogo con Mensajero Periódico Turístico, Jorge Ziampris indicó que este trabajo ha significado un avance importante, ya que de hecho, hoy Gesell es “el caso menos grave”.