NUEVA YORK (The New York Times).- El presidente Bush lo dijo. Muchos científicos del gobierno lo dijeron. Pero, hasta ayer, no había habido ningún comunicado oficial sobre tendencias climáticas anuales emitido por la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera bajo la administración Bush que reconociera que la emisión de gases causantes del efecto invernadero estaba ayudando a calentar el clima. La declaración llegó bajo la forma de un comunicado que dice que 2006 fue el año más cálido en los 48 estados contiguos de los Estados Unidos desde que la medición periódica de la temperatura comenzó en 1895. Este año sobrepasó la marca previa, 1998, un año calentado por un poderoso episodio de calentamiento del océano Pacífico causado por El Niño. El año último se produjo otro El Niño, pero esta vez por una tendencia de calentamiento de largo plazo resultado de la actividad humana. "Un factor que contribuyó a producir las inusualmente cálidas temperaturas de 2006 también ha sido una tendencia de calentamiento de largo plazo, asociado con el incremento de los gases que causan el efecto invernadero", dijo el comunicado, que hizo hincapié en que el grado de contribución de El Niño y de la influencia humana no son conocidas. Esta asociación entre los gases de efecto invernadero y el cambio climático también fue establecida en una conferencia de prensa, en diciembre, por Dirk Kempthorne, el secretario de Interior, cuando la agencia propuso colocar al oso polar entre las especies amenazadas que integran el Acta de Especies Amenazadas.
Andrew C. Revkin
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