Un depredador marino prehistórico, que habitó los mares hace 400 millones de años, poseía la mordida más poderosa de todos los peces.
El extinto Dunkleosteus terrelli podía, al juntar sus mandíbulas, generar una presión de cinco toneladas por centímetro cuadrado.
El pez podía medir hasta 11 metros y pesar cuatro toneladas.
La fuerza de su mordida era el doble de la de un gran tiburón blanco, con lo que lo ésta se ubica dentro de las más poderosas, como la del Tyrannosaurus rex .
Detalles del estudio fueron publicados por la revista Biology letters de la UK Royal Society.
Los dientes de este depredador marino concentraban la fuerza de la mordida en una pequeña área de la mandíbula - los colmillos- a una increíble fuerza de 5.625 kilogramos por centímetro cuadrado.
Incluso más sorprendente es el hecho de que el Dunkleosteus podía abrir su boca rápidamente -en una cincuentava parte de un segundo- lo cual generaba una poderosa fuerza de succión, lo que empujaba rápidamente a la presa hacia su mandíbula.
"Este pesado pez era rápido durante la apertura de su mandíbula y muy poderoso cuando la cerraba", indicó el coautor del estudio, Mark Westneat, curador de peces en The Field Museum en Chicago.
"Esto es posible debido al diseño único de su cráneo y al de los diferentes músculos utilizados para abrir y cerrar la mandíbula".
Generalmente, un pez tiene sólo una de estas dos características: o una mordida poderosa o una rápida, pero nunca ambas.
Para poder determinar la fuerza de la mordida, los científicos utilizaron un cráneo fosilizado de un Dunkleosteus terrelli para recrear la musculatura de un pez antiguo.
Este modelo biomecánico demostró la fuerza y movimiento de este depredador marino. El formidable pez pertenecía a los placodermo un diverso grupo de vertebrados con mandíbulas que dominaron los ecosistemas acuáticos durante el período Devónico, entre hace 415 y 360 millones de años.
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