Por Gloribel Delgado Esquilín / Especial para El Nuevo Día
El “colapso reproductivo” podría estar atado al calentamiento de las aguas ocurrido en el 2005
Los corales de la costa noreste y suroeste de la Isla no registraron este año su reproducción de huevos y espermas.
Por primera vez en décadas, los corales de la costa noreste y suroeste de Puerto Rico no registraron este año su reproducción de huevos y esperma, evento natural conocido como desove marino coralino. Se esperaba que el fenómeno se diera la segunda semana agosto o de septiembre, pero no ocurrió.
El desove masivo coralino ocurre cuando millones de huevos y espermas de coral se liberan al agua para fecundarse y formar una larva llamada plánula.
“Estuvimos tres días observando los arrecifes de Culebra y no vimos nada”, explicó el Coordinador del Grupo de Investigación del Arrecife de Coral de la Universidad de Puerto Rico, Edwin Hernández Delgado, encargado de estudiar y documentar los arrecifes de Culebra por los pasados 12 años. Ernesto Weil, biólogo marino del Departamento de Ciencias Marinas del Recinto Universitario de Mayagüez, documentó el mismo fenómeno en los arrecifes de La Parguera.
Este fenómeno conocido como el desove masivo coralino, ocurre usualmente entre la quinta y octava noche después de la luna llena de agosto o septiembre, cuando millones de huevos y esperma de coral se liberan al agua para fecundarse y formar una larva llamada plánula. Según la especie de coral, la plánula nada en el agua desde minutos a semanas hasta establecerse en un fondo rocoso del arrecife, formar un coral juvenil y fomentar el crecimiento de este delicado ecosistema.
Algunos conocedores la comparan con una “tormenta de nieve invertida”, un momento en que peces, calamares, estrellas y muchos otros animales aprovechan para acercarse al arrecife de coral y disfrutar de ese banquete.
Según explicó el científico, este año el “colapso reproductivo” podría estar atado al calentamiento de las aguas del 2005. El calentamiento de los mares del año pasado sobrepasó los límites máximos mensuales de temperatura de la superficie del mar en Puerto Rico, según los documenta la Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés). Este límite de temperatura es de 83.3 grados Fahrenheit.
“El año pasado hubo una acumulación de un período de más de 14 semanas con temperaturas que sobrepasaron los 89.2 Farenheit. Incluso en unos arrecifes de aguas llanas en un área conocida como Cayo Largo en Fajardo, registramos una temperatura de 91.6 Farenheit en septiembre del 2005, lugar en el cual ocurrió una mortandad masiva de corales”, explicó el profesor universitario, sobre este calentamiento de las aguas entre la última semana de agosto y la primera de septiembre del 2005.
Según datos científicos, este calentamiento de las aguas ha provocado un blanqueamiento histórico de 52 especies de corales pétreos. “Este es el récord para un solo sitio”, explicó Hernández Delgado. “Posterior a este evento, se registró una mortandad masiva de corales debido a un brote de una enfermedad. A nivel isla, ha sido el más fuerte en términos de mortandad de corales. Ninguno como éste”.
De la mitad de los corales en Puerto Rico evaluados por Hernández, durante el 2005 se blanquearon en más de un 80% y 14 especies de corales constructores, a cargo de la formación del arrecife, se blanquearon en un 100%.
El calentamiento no sólo afectó las costas de Puerto Rico, sino también las Islas Vírgenes, así como otras islas del noreste del Caribe. El blanqueamiento ocurre cuando el arrecife está expuesto a estrés ambiental, provocando que las algas que viven del coral, conocidas como zooxantelas, se desprenden del coral dejándolo sin pigmentación. Esto hace que el coral quede transparente sobre el esqueleto blanco del animal, causándole hambruna, reduciendo sus tasas de crecimiento, y debilitando su capacidad de tolerar perturbaciones ambientales y su habilidad para recuperarse.
En este caso, el calentamiento excesivo de las aguas trajo consigo una gran cantidad de enfermedades que ha atacado a los arrecifes, exterminando corales antiguos y delicados y en el peor de lo casos, ha desaparecido algunas especies en áreas específicas. “Trece meses después del suceso, muchos corales siguen aún blanqueados. Un fenómeno de estrés en un período corto puede permitir al arrecife restablecerse. Pero este fue tan largo y con condiciones de estrés tan dramáticas, que enfermedades como ‘la plaga blanca’, y condiciones nuevas alteraron el mecanismo de defensa de los corales”, explicó Hernández Delgado.
El “colapso reproductivo” podría estar atado al calentamiento de las aguas ocurrido en el 2005
Los corales de la costa noreste y suroeste de la Isla no registraron este año su reproducción de huevos y espermas.
Por primera vez en décadas, los corales de la costa noreste y suroeste de Puerto Rico no registraron este año su reproducción de huevos y esperma, evento natural conocido como desove marino coralino. Se esperaba que el fenómeno se diera la segunda semana agosto o de septiembre, pero no ocurrió.
El desove masivo coralino ocurre cuando millones de huevos y espermas de coral se liberan al agua para fecundarse y formar una larva llamada plánula.
“Estuvimos tres días observando los arrecifes de Culebra y no vimos nada”, explicó el Coordinador del Grupo de Investigación del Arrecife de Coral de la Universidad de Puerto Rico, Edwin Hernández Delgado, encargado de estudiar y documentar los arrecifes de Culebra por los pasados 12 años. Ernesto Weil, biólogo marino del Departamento de Ciencias Marinas del Recinto Universitario de Mayagüez, documentó el mismo fenómeno en los arrecifes de La Parguera.
Este fenómeno conocido como el desove masivo coralino, ocurre usualmente entre la quinta y octava noche después de la luna llena de agosto o septiembre, cuando millones de huevos y esperma de coral se liberan al agua para fecundarse y formar una larva llamada plánula. Según la especie de coral, la plánula nada en el agua desde minutos a semanas hasta establecerse en un fondo rocoso del arrecife, formar un coral juvenil y fomentar el crecimiento de este delicado ecosistema.
Algunos conocedores la comparan con una “tormenta de nieve invertida”, un momento en que peces, calamares, estrellas y muchos otros animales aprovechan para acercarse al arrecife de coral y disfrutar de ese banquete.
Según explicó el científico, este año el “colapso reproductivo” podría estar atado al calentamiento de las aguas del 2005. El calentamiento de los mares del año pasado sobrepasó los límites máximos mensuales de temperatura de la superficie del mar en Puerto Rico, según los documenta la Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés). Este límite de temperatura es de 83.3 grados Fahrenheit.
“El año pasado hubo una acumulación de un período de más de 14 semanas con temperaturas que sobrepasaron los 89.2 Farenheit. Incluso en unos arrecifes de aguas llanas en un área conocida como Cayo Largo en Fajardo, registramos una temperatura de 91.6 Farenheit en septiembre del 2005, lugar en el cual ocurrió una mortandad masiva de corales”, explicó el profesor universitario, sobre este calentamiento de las aguas entre la última semana de agosto y la primera de septiembre del 2005.
Según datos científicos, este calentamiento de las aguas ha provocado un blanqueamiento histórico de 52 especies de corales pétreos. “Este es el récord para un solo sitio”, explicó Hernández Delgado. “Posterior a este evento, se registró una mortandad masiva de corales debido a un brote de una enfermedad. A nivel isla, ha sido el más fuerte en términos de mortandad de corales. Ninguno como éste”.
De la mitad de los corales en Puerto Rico evaluados por Hernández, durante el 2005 se blanquearon en más de un 80% y 14 especies de corales constructores, a cargo de la formación del arrecife, se blanquearon en un 100%.
El calentamiento no sólo afectó las costas de Puerto Rico, sino también las Islas Vírgenes, así como otras islas del noreste del Caribe. El blanqueamiento ocurre cuando el arrecife está expuesto a estrés ambiental, provocando que las algas que viven del coral, conocidas como zooxantelas, se desprenden del coral dejándolo sin pigmentación. Esto hace que el coral quede transparente sobre el esqueleto blanco del animal, causándole hambruna, reduciendo sus tasas de crecimiento, y debilitando su capacidad de tolerar perturbaciones ambientales y su habilidad para recuperarse.
En este caso, el calentamiento excesivo de las aguas trajo consigo una gran cantidad de enfermedades que ha atacado a los arrecifes, exterminando corales antiguos y delicados y en el peor de lo casos, ha desaparecido algunas especies en áreas específicas. “Trece meses después del suceso, muchos corales siguen aún blanqueados. Un fenómeno de estrés en un período corto puede permitir al arrecife restablecerse. Pero este fue tan largo y con condiciones de estrés tan dramáticas, que enfermedades como ‘la plaga blanca’, y condiciones nuevas alteraron el mecanismo de defensa de los corales”, explicó Hernández Delgado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario