Un amigo del pueblo: el uso racional de los recursos naturales
El autor de este texto, el diputado provincial Armando Abruza, se refirió a la polémica son la contaminación de las playas locales. Exigió que la Provincia cumpla con acciones indicadas en diversas normativas. Y que la Municipalidad tome cartas en el asunto.
Publicado: 19.11.2009 14:17
Por Armando Abruza
El origen de la problemática que en estos días inquieta a la ciudad de Mar del Plata es el mismo que padece gran parte de las poblaciones urbanas costeras: la ausencia de un plan de manejo integrado del litoral. Desde una perspectiva de gestión gubernamental, una de las consecuencias de esta ausencia se podría ver reflejada en un uso irracional de los recursos naturales y desde una perspectiva comunitaria, la inexistencia de un manejo integrado podría generar, entre otros, un desinterés del ciudadano en la disposición final de los residuos cloacales. En otras palabras, la razón en la gestión de gobierno y en la participación ciudadana es la que debería guiar los usos de los recursos naturales del litoral de la ciudad de Mar del Plata.
El problema de la bañabilidad de las aguas de nuestras playas, como consecuencia del tratamiento que reciben los residuos cloacales, ha tomado un vuelo inusitado en estos días. Creo que es necesario realizar dos consideraciones preliminares. En primer lugar, no debemos caer en discusiones espurias alejadas de la realidad y sumergidas en consideraciones extremas, sectoriales e incompatibles. En este sentido, focalizar la discusión, por ejemplo, en torno a la utilidad de las obras del emisario submarino, puede desconocer la necesidad de un acondicionamiento de los efluentes en tierra, donde la planta actual presenta serias dificultades operativas. En segundo lugar, la llamada bañabilidad de las aguas es un concepto complejo que engloba intereses políticos, económicos, turísticos y sociales y puede, asimismo, ser analizado desde diferentes puntos de vista. Sin embargo, es necesario señalar, más allá de la posición que uno adopte, que como todas las actividades humanas, aquéllas relacionadas con la bañabilidad deben estar gobernadas por la razón. La ciencia, con sus diferentes expresiones, es la manera más acabada de aplicar la razón para la ventura de nuestros pueblos.
Lo cierto es que la ciencia hoy nos está indicando que el estado de nuestras playas presenta niveles de contaminación que pueden llegar a afectar seriamente la bañabilidad. Se debe tener en cuenta que resultados de investigaciones científicas debidamente acreditadas (véase, por ejemplo, la tesis doctoral del doctor Eduardo Vallarino bajo la dirección del doctor Rodolfo Elías “La comunidad bentónica intermareal de Brachidontes rodriguezii -D’Orb.- y su relación con el efluente cloacal de la ciudad de Mar del Plata -38º S-”) que dan cuenta de esta contaminación, impactan directamente en el desarrollo de actividades que cobijan diversos intereses, como se señaló. Entonces ¿cómo hacer para armonizar todos estos intereses con la ciencia? ¿Qué parámetros debemos respetar para integrar estos dos extremos? La respuesta la encontramos en el manejo integrado de las zonas costeras. Este modelo de gestión de costas permite ponderar los diferentes usos del litoral respetando los particularismos de cada actor a la luz del desarrollo sustentable, el enfoque ecosistémico y el criterio de precaución. Un manejo integrado no busca culpables políticos ni intenta descalificar el trabajo científico. Todo lo contrario. Hace de la política su brazo operacional, hace de la regulación jurídica su estructura funcional y hace de la ciencia su guía metodológica. En definitiva, es la razón la que dibuja su alcance y dimensión.
Naturalmente, la construcción de un manejo integrado de esta naturaleza lleva tiempo. No obstante, debemos empezar a trabajar cuanto antes desde los diferentes sectores sociales y gubernamentales con compromiso y dedicación. “Preservar, recuperar y conservar los recursos naturales, renovables y no renovables, del territorio de la Provincia, planificar el aprovechamiento racional de los mismos, asegurar políticas de conservación y recuperación de la calidad del agua compatibles con la exigencia de mantener su integridad física y su capacidad productiva y el resguardo de áreas de importancia ecológica, de la flora y la fauna, a fin de preservar la vida en su sentido más amplio, asegurando a las generaciones presentes y futuras la conservación de la calidad ambiental y la diversidad biológica” son deberes de la provincia de Buenos Aires receptados en los considerandos del Decreto Provincial 1802/08, por el cual el gobernador Daniel Scioli creó en el ámbito del Ministerio de Jefatura de Gabinete y Gobierno la “Unidad de Coordinación de Manejo Costero Integrado de la Provincia de Buenos Aires”. Este organismo tiene por objeto coordinar, supervisar y ejecutar las acciones que demande la implementación del Plan Integral de Costas, como así también articular y viabilizar la participación de las distintas áreas de gobierno de la provincia de Buenos Aires y de los municipios involucrados, en la gestión de la zona costera (artículo 1, Decreto 1802/08). Para cumplir con su cometido, su coordinador técnico asistirá en el diseño de la estrategia general del Plan de Manejo de Costas de la Provincia de Buenos Aires, la cual incluirá, la diagramación de un Plan Estratégico de Costas, considerando la activa participación de los gobiernos municipales, un Plan Maestro de Obras, una macro Zonificación del Litoral Bonaerense y la creación de un Comité Técnico que coordine las actividades en cada una de las regiones.
Mucho celebré esta sabia decisión de crear la Unidad de Coordinación de Manejo Costero, cuya vocación se inscribe en las mismas necesidades de un pueblo que reclama el prudente cuidado de sus costas, la correcta armonización de competencias y el reconocimiento del trabajo científico. Pero así como en su momento celebré tal decisión, hoy lamento profundamente la ausencia de un Plan Integral de Costas que tenga la capacidad de brindar herramientas eficaces para hacer frente al problema que aqueja a la ciudad de Mar del Plata.
Resulta oportuno, a tenor de las circunstancias imperantes, solicitar que el control de la contaminación y la adopción de las medidas de mitigación sean coordinadas de manera urgente por esta Unidad de Coordinación de Manejo Costero en forma conjunta con la Municipalidad del Partido de General Pueyrredon, a través de un Plan de Manejo concreto, inter, intra y multidisciplinario. La razón y la realidad deben juzgar las medidas necesarias de acuerdo con la evaluación de las condiciones marinas, el aumento de los efluentes industriales y domésticos y la calidad de aguas que se pretenda tener en la costa marplatense. Esto dará una mayor seguridad a los actores concernidos y permitirá salir de esta situación poco feliz para la ciudad feliz. En lugar de identificar al enemigo del pueblo y a fin de evitar el silencio del pueblo, según la obra dramática de Henrik Ibsen (Un enemigo del pueblo, 1882), creo que es necesario reconocer al amigo del pueblo, cual es el uso racional de los recursos naturales.
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