miércoles, mayo 09, 2007

¿Es posible vivir sin luz? Cómo es la vida en el fondo del mar


Hasta no hace mucho tiempo se consideraba que la escasez de organismos en la región abisal del océano se debía a la penuria extrema de alimentos, derivada especialmente de la imposibilidad de la realización de la fotosíntesis.
Sin embargo se encontraron hábitat cuya densidad de vida es igual o supera a la habitual de cualquier otro ecosistema marino. Se trata de los “vents”, fumarolas o chimeneas hidrotermales, que se hallan a lo largo de las cordilleras del fondo oceánico, donde se están separando las placas de la corteza terrestre.
Las aguas de las fumarolas presentan temperaturas medias entre los 10 y 20° C, a diferencia de la mayor parte del mar abisal (2-4° C). En ellas abunda el sulfuro de hidrógeno, compuesto rico en energía aunque muy tóxico, pero que es oxidado por bacterias quimiosintéticas y la energía liberada es aprovechada en el ciclo de Calvin para fijar CO2.
Lo llamativo es que la mayoría de los animales allí presentes parecían carecer de un medio para recolectar la “cosecha” de bacterias del azufre. Entonces se detectaron formas endosimbióticas específicas. Algunos de esos animales tan particulares son:
El gusano tubícola Riftia pachyptila, que posee hasta un metro de longitud, tiene en el suero de su sangre una gran molécula de hemoglobina que puede captar, en diferentes sitios, sulfuro y oxígeno, los cuales ingresan al organismo desde un penacho apical. El primero es alcanzado a las bacterias de su interior y el oxígeno se utiliza como último aceptor de electrones en la respiración del invertebrado.
La almeja gigante Caliptogena magnifica, de 30 cm. de largo, tiene una proteína especial para transportar el sulfuro que es absorbido por el pie anclado entre las grietas y llevado hacia las branquias donde se hallan las bacterias.
Para librarse del envenenamiento por sulfuro, los animales carentes de simbiontes debieron desarrollar otros mecanismos. Por ejemplo, el cangrejo Bythograea thermydron lo oxida a tiosulfato (menos tóxico) en el hepatopáncreas.
También se pueden encontrar peces y gran cantidad de invertebrados que pueden ser bioluminiscentes. La luz que ellos mismos producen es utilizada como estrategia para atraer a sus presas.
Las chimeneas mantienen su actividad durante algunas décadas. Donde ha cesado el flujo de agua aparecen esparcidos los organismos muertos, señal de que su supervivencia está basada en el suministro de sulfuro. En estos ambientes tan particulares, los ecosistemas están basados en la quimiosíntesis, ya que la luz del sol no ingresa más allá de los 200 m
Bibliografía
Childress, J. J.; Folbeck, H. y G. N. Somero. 1987. Simbiosis en las profundidades marinas. Investigación y ciencia 13: 78-85
Vallarino, E. A. y R. Elías. 2006. El mar como recurso pedagógico. UNMdP. 84 pp.
Fuente: Proyecto el Mar como recurso educativo. Universidad Nacional de Mar del Plata. Argentina

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