Sus restos fósiles fueron descubiertos en una isla canadiense, al norte del Círculo Polar Artico
Tras cinco años de excavar y examinar rocas en una fría isla ubicada al norte del Círculo Polar Artico, un equipo de paleontólogos estadounidenses descubrió los restos fósiles de un animal clave en la historia de la vida en la Tierra. Justamente, se trata del primer vertebrado que, hace 383 millones de años, salió del agua y pisó tierra firme. Con sus tres metros de largo y el aspecto de una cruza entre cocodrilo y pez, el Tiktaalik roseae -cuya descripción publica hoy la revista Nature- posee características anatómicas de los peces, pero también de los primitivos animales cuadrúpedos que adoptaron la vida terrestre (los tetrápodos) y se olvidaron de su pasado acuático. "Representa un paso intermedio entre los peces con aletas y los tetrápodos con extremidades, que proporciona un conocimiento único sobre cómo y en qué orden aparecieron las características principales de los tetrápodos", escribieron en Nature los autores del hallazgo, Edward Daeschler, de la Academia de Ciencias Naturales de Estados Unidos, y Neil Shubin, de la Universidad de Chicago. ¿Qué características? Aunque sus miembros anteriores parecían aletas, dio como ejemplo Shubin, "si miramos en su interior, podemos observar un hombro, un codo y una versión primitiva de muñeca, muy similares a las de todos los animales que caminan sobre la tierra. Podía flexionar el codo y extender la muñeca, de modo tal que la punta de su aleta descansase sobre la tierra". "Podía hacer flexiones de brazos", ironizó el paleontólogo, y agregó: "Esencialmente, tenemos un animal que ha sido construido para mantenerse sobre la tierra". "Es un eslabón entre los peces y los vertebrados terrestres que con el tiempo quizá se convierta en un ícono de la evolución como la protoave Archaeopteryx", dijeron los expertos en anfibios primitivos Per Ahlberg, de la Universidad de Uppsala, Suecia, y Jennifer Clack, de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, en un comentario del hallazgo publicado en la misma revista científica. "El hallazgo representa lo que todos los paleontólogos y los biólogos evolutivos buscamos: documentar a través del registro fósil cómo se produjeron las grandes transiciones; en este caso, cómo se pasa de un pez a un animal que camina en cuatro patas", comentó a LA NACION la doctora Claudia Marsicano, del Departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA). La pieza que faltaba Aunque hoy no existen dudas de que los vertebrados de hábitat terrestre descienden de cierto grupo de peces llamados sarcopterigios, cuya característica distintiva son las aletas con forma de lóbulo, los científicos carecían de evidencias fósiles que permitieran comprender cómo se sucedieron las adaptaciones que hicieron posible el paso del agua a la tierra. Más precisamente, había una brecha temporal de casi diez millones de años que separaba a peces como el Panderichthys, que hace 385 millones de años ya prenunciaban ciertos caracteres de tetrápodos pero que aún vivían en el agua, de los tetrápodos más primitivos conocidos a la fecha, que hace 376 millones de años pasaban parte de su vida en tierra firme. Con sus 383 millones de años de antigüedad, Tiktaalik constituye la pieza que permite armar el rompecabezas que vincula ambos bandos, los de agua y los de tierra. "Muestra una combinación de caracteres de pez y de tetrápodo -dijo a LA NACION Per Ahlberg, a través del correo electrónico-. De pez tiene aletas con radios en vez de dedos, y branquias internas; de tetrápodo posee una cabeza y un cuerpo con forma de cocodrilo, ha perdido la cubierta ósea de sus branquias y tiene huesos de extremidad (húmero, radio y cúbito) dentro de sus aletas pectorales." Otros aspectos de su anatomía que lo distancian del acuático Panderichthys son su hocico más alargado (una probable adaptación a la necesidad de respirar y comer fuera del agua) y sus ojos alojados en la parte superior de la cabeza, como los cocodrilos. Además, este quimérico animal tiene cuello, algo de lo que carecen sus ancestros, los peces. Lo único que resta conocer del Tiktaalik es su cola. Aunque los tres ejemplares fósiles recolectados en la canadiense isla Ellesmere están en excelente estado de conservación, todos carecen de cola. "Seguramente tenían una cola recta y corta, con el sencillo contorno de una aleta -sugirió Ahlberg a través del e-mail-. Este es el tipo de cola que tenían tanto el Panderichthys como los tetrápodos más primitivos." Asignaturas pendientes Lo que resta saber es qué empujó a estos peces a salir del agua. La respuesta a este interrogante, en parte, puede hallarse en su entorno. Según Shubin y Daeschler, Tiktaalik vivía en cursos de aguas poco profundas, a cuyas orillas emergían de vez en cuando. Pero, ¿para qué? "Se supone que este animal vivía en ambientes continentales de lagunas y ríos -respondió la doctora Marsicano-. Seguramente se alimentaba de peces y pasaba la mayor parte del tiempo en el agua, pero había desarrollado la capacidad de desplazarse en tierra firme, para ir de una laguna o un río a otro cercano en busca de alimento." En su artículo de Nature, Ahlberg y Clack coinciden en que, en definitiva, "Tiktaalik recorre un largo camino -aunque no todo el camino- en dirección a llenar un vacío fundamental en la pintura que ilustra la transición entre el agua y la tierra". Entonces, ¿qué resta saber sobre el paso de la vida acuática a la vida terrestre de los animales vertebrados? "Algunos grandes cambios ocurrieron entre Tiktaalik y los primeros tetrápodos -respondió Ahlberg-. Es notorio cómo las aletas se convierten en extremidades con dedos y cómo la pelvis se sujeta a la columna. Todavía no sabemos con exactitud cómo ocurrieron esos cambios."
Tras cinco años de excavar y examinar rocas en una fría isla ubicada al norte del Círculo Polar Artico, un equipo de paleontólogos estadounidenses descubrió los restos fósiles de un animal clave en la historia de la vida en la Tierra. Justamente, se trata del primer vertebrado que, hace 383 millones de años, salió del agua y pisó tierra firme. Con sus tres metros de largo y el aspecto de una cruza entre cocodrilo y pez, el Tiktaalik roseae -cuya descripción publica hoy la revista Nature- posee características anatómicas de los peces, pero también de los primitivos animales cuadrúpedos que adoptaron la vida terrestre (los tetrápodos) y se olvidaron de su pasado acuático. "Representa un paso intermedio entre los peces con aletas y los tetrápodos con extremidades, que proporciona un conocimiento único sobre cómo y en qué orden aparecieron las características principales de los tetrápodos", escribieron en Nature los autores del hallazgo, Edward Daeschler, de la Academia de Ciencias Naturales de Estados Unidos, y Neil Shubin, de la Universidad de Chicago. ¿Qué características? Aunque sus miembros anteriores parecían aletas, dio como ejemplo Shubin, "si miramos en su interior, podemos observar un hombro, un codo y una versión primitiva de muñeca, muy similares a las de todos los animales que caminan sobre la tierra. Podía flexionar el codo y extender la muñeca, de modo tal que la punta de su aleta descansase sobre la tierra". "Podía hacer flexiones de brazos", ironizó el paleontólogo, y agregó: "Esencialmente, tenemos un animal que ha sido construido para mantenerse sobre la tierra". "Es un eslabón entre los peces y los vertebrados terrestres que con el tiempo quizá se convierta en un ícono de la evolución como la protoave Archaeopteryx", dijeron los expertos en anfibios primitivos Per Ahlberg, de la Universidad de Uppsala, Suecia, y Jennifer Clack, de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, en un comentario del hallazgo publicado en la misma revista científica. "El hallazgo representa lo que todos los paleontólogos y los biólogos evolutivos buscamos: documentar a través del registro fósil cómo se produjeron las grandes transiciones; en este caso, cómo se pasa de un pez a un animal que camina en cuatro patas", comentó a LA NACION la doctora Claudia Marsicano, del Departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA). La pieza que faltaba Aunque hoy no existen dudas de que los vertebrados de hábitat terrestre descienden de cierto grupo de peces llamados sarcopterigios, cuya característica distintiva son las aletas con forma de lóbulo, los científicos carecían de evidencias fósiles que permitieran comprender cómo se sucedieron las adaptaciones que hicieron posible el paso del agua a la tierra. Más precisamente, había una brecha temporal de casi diez millones de años que separaba a peces como el Panderichthys, que hace 385 millones de años ya prenunciaban ciertos caracteres de tetrápodos pero que aún vivían en el agua, de los tetrápodos más primitivos conocidos a la fecha, que hace 376 millones de años pasaban parte de su vida en tierra firme. Con sus 383 millones de años de antigüedad, Tiktaalik constituye la pieza que permite armar el rompecabezas que vincula ambos bandos, los de agua y los de tierra. "Muestra una combinación de caracteres de pez y de tetrápodo -dijo a LA NACION Per Ahlberg, a través del correo electrónico-. De pez tiene aletas con radios en vez de dedos, y branquias internas; de tetrápodo posee una cabeza y un cuerpo con forma de cocodrilo, ha perdido la cubierta ósea de sus branquias y tiene huesos de extremidad (húmero, radio y cúbito) dentro de sus aletas pectorales." Otros aspectos de su anatomía que lo distancian del acuático Panderichthys son su hocico más alargado (una probable adaptación a la necesidad de respirar y comer fuera del agua) y sus ojos alojados en la parte superior de la cabeza, como los cocodrilos. Además, este quimérico animal tiene cuello, algo de lo que carecen sus ancestros, los peces. Lo único que resta conocer del Tiktaalik es su cola. Aunque los tres ejemplares fósiles recolectados en la canadiense isla Ellesmere están en excelente estado de conservación, todos carecen de cola. "Seguramente tenían una cola recta y corta, con el sencillo contorno de una aleta -sugirió Ahlberg a través del e-mail-. Este es el tipo de cola que tenían tanto el Panderichthys como los tetrápodos más primitivos." Asignaturas pendientes Lo que resta saber es qué empujó a estos peces a salir del agua. La respuesta a este interrogante, en parte, puede hallarse en su entorno. Según Shubin y Daeschler, Tiktaalik vivía en cursos de aguas poco profundas, a cuyas orillas emergían de vez en cuando. Pero, ¿para qué? "Se supone que este animal vivía en ambientes continentales de lagunas y ríos -respondió la doctora Marsicano-. Seguramente se alimentaba de peces y pasaba la mayor parte del tiempo en el agua, pero había desarrollado la capacidad de desplazarse en tierra firme, para ir de una laguna o un río a otro cercano en busca de alimento." En su artículo de Nature, Ahlberg y Clack coinciden en que, en definitiva, "Tiktaalik recorre un largo camino -aunque no todo el camino- en dirección a llenar un vacío fundamental en la pintura que ilustra la transición entre el agua y la tierra". Entonces, ¿qué resta saber sobre el paso de la vida acuática a la vida terrestre de los animales vertebrados? "Algunos grandes cambios ocurrieron entre Tiktaalik y los primeros tetrápodos -respondió Ahlberg-. Es notorio cómo las aletas se convierten en extremidades con dedos y cómo la pelvis se sujeta a la columna. Todavía no sabemos con exactitud cómo ocurrieron esos cambios."
Por Sebastián A. Ríos De la Redacción de LA NACION
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